Las tendencias actuales en el consumo de energía nos llevarían a duplicar las emisiones de carbono en 2050 y aumentar la demanda de combustibles fósiles con importantes implicaciones en términos de seguridad del suministro energético.
Alrededor del 25% del gas de efecto invernadero global
Las emisiones (GEI) se deben al transporte, de las cuales el 75% corresponde al transporte por carretera.
Los vehículos eléctricos de pila de combustible propulsados por hidrógeno tienen el potencial de lograr un transporte con servicios similares a los que existen en la actualidad, pero reduciendo significativamente los niveles de emisiones de GEI y, por lo tanto, ayudando a limitar el aumento de la temperatura global y el cambio climático. Además, por las características del hidrógeno como vector energético flexible, el desarrollo de estos vehículos abriría las puertas al uso de un combustible que se pueda generar localmente, así como a la contribución a la gestión inteligente de la demanda energética por parte de el sector del transporte.
Uno de los problemas de la energía alternativa moderna es el desarrollo de métodos y tecnologías para producir hidrógeno, que
se puede utilizar como combustible. Actualmente, las tecnologías más utilizadas para la producción de hidrógeno son el reformado con vapor de metano y la electrólisis. La ventaja del método de reformado con vapor de metano es un alto valor de eficiencia energética (60-80%), sin embargo, requiere equipos costosos y también consume metano, que en sí mismo es un combustible y una materia prima valiosa para la industria química. La electrólisis del agua es menos costosa en términos de inversión de capital, pero hoy en día, la eficiencia del proceso de electrólisis industrial es significativamente inferior a la del reformado con vapor de metano en términos de velocidad y eficiencia energética. Además, la electrólisis requiere un tratamiento de agua preliminar. Por tanto, existe la necesidad de desarrollar métodos alternativos para producir hidrógeno a partir de diversas materias primas disponibles.
Es un sistema totalmente diferente a los actuales y más sostenible. Según la Agencia Internacional de Energía, 1 kilogramo de hidrógeno verde consume alrededor de 33,3 kWh, nuestro sistema consume 14kWh.
(aquí deberíamos explicar mediante qué método conseguimos esta reducción y por qué es más sostenible).
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